¿Cómo fotografiar Libélulas?

(Adaptación del articulo original publicado en Discover Digital Photography)

"Las libélulas, con sus brillantes colores y apariencia casi extraterrestre, son un buen tema para los amantes de la fotografía de naturaleza. Se mueven con mucha rapidez y son bastante asustadizas, por lo que no son fáciles de fotografiar. Espero que este artículo te sea de utilidad para iniciarte en la fotografía de estos peculiares insectos alados ahora que se acerca la época en que empezarán a aparecer por nuestros estanques y lagos".

Imagen de Krikit ♥ en flickr

¿Dónde podemos encontrar libélulas?

Las libélulas pasan la mayor parte de su vida viviendo bajo el agua como ninfas mientras se desarrollan. Viven en agua dulce, y se encuentran a menudo en las orillas de estanques, lagos, pantanos y arroyos. Su fase de maduración como ninfa se extiende entre uno y dos años durante los cuales la ninfa de libélula vive bajo el agua generalmente adherida a la parte sumergida de a una caña o hierba al borde del estanque. Tras este periodo la ninfa muda su envoltorio larvario para emerger a la superficie trepando por la caña que le ha servido de soporte en su fase de maduración a fin de iniciar su fase de vida fuera del agua ya convertida en una libélula adulta.


Imagen de richardrichard en flickr

¿Cuándo podemos encontrar libélulas?

Dependiendo del clima, las libélulas comienzan a surgir por las orillas a mediados o finales de la primavera, y desaparecen a finales de verano. El periodo de eclosión como libélula adulta desde su fase de ninfa depende mucho de la temperatura del agua en la que viven, favoreciendo su aparición el agua más caliente. En el otoño e invierno las bajas temperaturas y las heladas matan por congelación a las libélulas adultas que se encuentran fuera del agua, sobreviviendo únicamente las ninfas no maduras que todavía se encuentran sumergidas.

Las libélulas son insectos de sangre fría y por tanto necesitan del calor del sol para calentarse y activarse, por eso las primeras horas del día suelen ser un buen momento para intentar fotografiar libélulas estáticas, ya que suelen permanecer quietas aferradas a una caña cerca del borde del estanque esperando a que el sol las caliente y puedan activarse. Es en ese momento cuando podemos aprovechar para fotografiarlas sin las dificultades añadidas de su constante movimiento, siendo también a esas horas mas difícil que se muevan en caso de que algo las asuste ligeramente.



Imagen de George Vnoucek en flickr

También es por la mañana temprano cuando es más probable que las ninfas ya maduras emerjan para mudar su envoltorio larvario y convertirse en ejemplares adultos. Para realizar la muda las libélulas tienen que permanecer un tiempo colgadas de la caña que les sirve de soporte y comenzar a moverse y a aletear para liberarse del recubrimiento que las protegía cuando eran ninfas, teniendo a continuación que esperar a que se sequen sus alas antes de poder emprender el vuelo. Es por tanto también un buen momento para fotografiarlas muy de cerca sin que puedan salir volando aunque incluso lleguen a asustarse  por nuestra cercana presencia.

¿Qué equipo es el más adecuado para fotografiar libélulas?

Como en casi todas las ocasiones no existe el equipo perfecto, pero para fotografiar libélulas es recomendable un teleobjetivo como mínimo de 100 ó 150 mm, siendo incluso más adecuado utilizar teleobjetivos de 200 mm o más,  ya que la libélulas son bastante asustadizas y no nos dejarán acercarnos mucho. Además al ser un animal pequeño si no usamos un teleobjetivo con suficiente alcance la libélula quedaría en el encuadre demasiado pequeña y no se podrían apreciar sus detalles.

Como de costumbre conviene que el objetivo que usemos sea lo más luminoso posible (número “f” bajo) , bien para poder tener velocidad de disparo si pretendemos cazarlas “al vuelo”, o bien por si tenemos que fotografiarlas en estático a primeras horas de la mañana cuando la luz es escasa si no queremos tener que recurrir irremediablemente al uso de trípode y/o flashes.

Imagen de JH FIN en flickr

¿Y qué tal si uso un objetivo “macro”?

En caso de que podamos fotografiar las libélulas en estático a primera hora de la mañana cuando están menos activas, o si encontramos algún ejemplar que esté mudando de ninfa a adulto y no pueda moverse mucho durante el proceso, entonces sería posible también intentar utilizar un objetivo de tipo “macro”, aunque la cosa se complica aún más si cabe ya que la luz es escasa a esas horas de la mañana y los objetivos “macro” se caracterizan por una muy escasa profundidad de campo, por lo qué suelen necesitar de bastante iluminación para poder trabajar a números “f” altos que nos permitan enfocar, si no toda, al menos una buena parte de la libélula.

En este caso sería recomendable utilizar un objetivo como el Canon 180 mm L 3.5 f dado que nos permitiría hacer las fotografías sin tener que acercarnos mucho a la libélula al ser su distancia mínima de enfoque próxima al medio metro (48 cm para ser exactos) . También los “macros” próximos a los 100 mm como el Canon 100 mm L 2.8f IS , o su versión previa sin estabilizar, podrían sernos también de mucha de utilidad, aunque en este caso el riesgo de espantar al ejemplar se acrecentaría mucho dado que necesitaríamos acercarnos demasiado para poder llenar el encuadre con la libélula, ya que por ejemplo en el caso del Canon 100 mm L 2.8 f la distancia de enfoque mínima que sería la que nos daría la máxima magnificación de la libélula para poder captar bien sus detalles nos llevaría a tener que situarnos l la parte frontal de nuestra lente a tan solo unos 15 cm del insecto,  ya que la distancia mínima de enfoque de este objetivo es de 30 cm a los que habría que restar la longitud del propio objetivo (12.3 cm) más la distancia a la que se encuentra el sensor dentro de la cámara desde donde se encaja el objetivo con el cuerpo de la cámara (aprox. entre otros 2  ó 3 cm según el cuerpo de cámara que utilicemos)

Imagen de steevithak en flickr

En cualquier caso,  utilizando objetivos “macro” será muy difícil conseguir una fotografía de la libélula totalmente enfocada con una sola toma debido a la escasa profundidad de campo que proporcionan estos objetivos, y en este caso, o bien centramos la atención solo en una parte de la libélula (generalmente la cabeza o como mucho la cabeza y parte de las alas), o bien intentamos fotografiar a la libélula lateralmente para que sea lo menos “profunda” posible la imagen a captar, pero la forma de su cuerpo y alas dispuestos en cruz hará difícil la tarea.

Si lo que queremos es obtener toda, o casi toda, la libélula enfocada mientras utilizamos un objetivo “macro” tendríamos entonces que recurrir a la técnica de “apilar tomas” captando múltiples fotografías, cada una de ellas con “un trozo o rebanada” de libélula enfocado para luego en casa mediante programas especiales “apilar o ensamblar” todas las tomas para convertirlas en una única fotografía con la dificultad que todo este proceso conlleva (uso de trípode y carril de enfoque para realizar las tomas con precisión, absoluta inmovilidad de la libélula durante todo el proceso de captura de múltiples fotografías, disponibilidad de software de apilado o realizar el montaje de las tomas con Photoshop si no disponemos de un software específico, etc, etc,..).
Otra opción utilizando objetivos “macro” podría ser incrementar la iluminación artificialmente para poder utilizar “fs” altos e intentar realizar la foto con nuestro “macro” en una sola toma, ayudándonos para ello del flash, pero claro a riesgo de ahuyentar definitivamente a la libélula con los destellos.

Por ultimo podemos también utilizar el trípode para poder disparar a muy baja velocidad usando tan solo la iluminación natural.

¿Los tubos o anillos de extensión me ayudarían en algo?

Pues depende,.. si los utilizo junto a un objetivo normal o “macro” entonces bajo mi punto de vista los anillos de extensión no nos serían de mucha utilidad salvo que pudiésemos estar seguros de que la libélula no se va a espantar bajo ningún concepto por nuestra extrema proximidad (y eso solo es posible si la libélula ha pasado ya a mejor vida).

Precisamente la finalidad de los tubos o anillos de extensión es la de permitirnos reducir la distancia mínima de enfoque para que podamos acercarnos mas y mas a lo que deseamos fotografiar, de manera que en este caso la libélula aparezca enormemente magnificada en la fotografía aportando mas riqueza de detalles en la toma, pero como puedes imaginar será muy difícil que podamos acercarnos tanto ( a veces dependiendo de la combinación de objetivos y anillos utilizado sería necesario estar a menos de 3 cm del insecto) si la libélula está viva, por eso no suele ser de mucha utilidad utilizar anillos de extensión junto con objetivos “macro” u objetivos normales para fotografiar libélulas (con objetivos “normales” me refiriendo en este caso a los de distancia focal inferior a 150-200 mm).

Caso contrario sería si utilizamos los anillos de extensión junto a grandes teleobjetivos, ya que estos teleobjetivos a menudo nos imponen una distancia mínima de enfoque muy grande (a veces 1,5 m, 2 ó incluso más metros), y el tener la imposición de trabajar a esa distancia como mínimo junto a lo pequeñas que son las libélulas puede dar como resultado que aunque usemos un teleobjetivo la libélula quede muy pequeña en nuestro encuadre.

Por eso en este caso el utilizar nuestro teleobjetivo junto a los anillos de extensión (suelen ser de 12mm, 20 y 36mm según el fabricante y pueden utilizarse separados unidos) nos permitiría reducir la distancia mínima de enfoque pudiendo de esta forma hacer fotografías a la libélula desde distancias más próximas ( 1 metro o inferiores) lo que redundaría en que la libélula aparecería con mayor tamaño en la fotografía que si utilizamos solo el teleobjetivo y todo ello sin el riesgo de tener que acercarnos a distancias que supongan el espantar a la libélula sin remedio.

Imagen de Jon Garvin en flickr

No obstante y aunque por lo comentado en el párrafo anterior pudiese parecer que la combinación de teleobjetivo+anillos de extensión es la más recomendable para fotografiar libélulas, hay que tener en cuenta que el utilizar los anillos de extensión reducirá drásticamente la cantidad de luz disponible que llegará a nuestro sensor, y si no partimos de teleobjetivos muy luminoso podemos llegar a encontrarnos pronto con problemas de falta de luz para poder hacer la fotografía.
En este caso estaríamos de nuevo obligados a utilizar flash como iluminación de apoyo lo que nos haría perder la ventaja de poder hacer la foto desde lejos sin riesgo de espantar a la libélula, o bien si no usamos el flash tendríamos que recurrir a utilizar el trípode para poder trabajar con velocidades de disparo lentas.

Como último recurso si no disponemos de trípode y no queremos o no podemos utilizar el flash, no nos quedaría entonces más remedio que utilizar “ISOS” altos, lo que iría en detrimento de la nitidez de la fotografía, aspecto este el de la nitidez que debemos intentar cuidar al máximo especialmente en la fotografía de libélulas donde la nitidez de los detalles es fundamental para conseguir una buena toma.

Por eso en caso de utilizar los anillos de extensión en combinación con un teleobjetivo deberemos hacerlo con “mesura” utilizando los anillos de menor longitud posible y que por tanto nos hagan perder la menor cantidad de luz posible aun ello no nos permita reducir en tanto como desearíamos la distancia mínima de enfoque de nuestro teleobjetivo.

Al final, como casi siempre en fotografía verás que llegamos a la conclusión de que el equipo “ideal” no existe y la forma de utilizarlo tampoco puede ser nunca “categórica”. Todo consiste en buscar una solución de compromiso, que sin ser la mejor para todas las situaciones si que nos permita aproximarnos lo mas posible a los resultados que deseados, aunque teniendo en cuenta que siempre estaremos condicionados por los medios de los que dispongamos (equipo) y las situaciones en las que tengamos que fotografiar (falta de luz, insectos asustadizos, etc…)

Sobre la técnica para fotografiar libélulas

Como ya hemos mencionado lo más sencillo es intentar fotografiarlas en estático y para ello lo primero será intentar localizarlas a primera hora de la mañana y aparte de ir preparados con el objetivo adecuado deberemos llevar un flash por si la luz ambiente es muy escasa, o en su defecto un trípode si queremos realizar las tomas con luz natural en lugar de usar el flash.

Imagen de Gerald Yuvallos en flickr

Si por el contrario lo que queremos es fotografiarlas cuando están mas activas mientras hacen posados puntuales sobre algunas ramas, o incluso atraparlas en vuelo, deberemos tener en cuenta que a menudo las libélulas se mueven en un territorio reducido que patrullan repetidamente.

En ese caso la observación de su actividad durante un tiempo nos ayudará a encontrar si la libélula sigue un patrón establecido de patrulla que nos permita predecir donde volará y donde se posará, para de esta forma poder anticiparnos a sus rutina e intentar capturarla en el momento más adecuado.

Para intentar fotografiar una libélula en vuelo, trabajaremos con la cámara configurada con el modo de enfoque automático continuo (AI Servo en Canon) tratando de seguir el camino de la libélula con el objetivo en modo AF, a ser posible utilizar un objetivo de enfoque muy rápido y luminoso y utilizar el punto de enfoque central y adyacentes que son los que más facilidad y rapidez de enfoque proporcionan.

La tarea no es sencilla pero se facilita en algo si has estudiado sus patrones de vuelo y puedes tener una idea de dónde va a ir o donde prefiere posarse de forma habitual.

Imagen de mcamcamca en flickr

Al intentar fotografiar una libélula es importante hacer movimientos muy lentos tanto nuestros como de nuestro objetivo. Si hacemos movimientos rápidos, enseguida la libélula nos detectará como una amenaza potencial y saldrá volando lejos del alcance de nuestro objetivo tardando algún tiempo en regresar a su lugar habitual de patrulla.

Imagen de Aleksey Gnilenkov en flickr

Sin embargo no todo está perdido. Hay que ser paciente y la libélula volverá a patrullar su zona habitual o a posarse en sus puntos habituales.

Espero que este artículo te sea de utilidad.  La libélulas no son precisamente de los insectos más fáciles de fotografiar, pero sus colores brillantes les convierten en un gran tema para la fotografía de naturaleza, por eso te animo a que lo intentes al menos ya que si consigues buenas tomas son las típicas fotografía que proporcionarte impresionantes fotos y grandes satisfacciones.

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JUANJO TEMIÑO - "FOTIK"
Fotógrafo de Naturaleza
& Trainer de Fotografía
Telf.: 91 898 31 09
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